Diferencias entre langosta y bogavante

Tanto la langosta como el bogavante son dos delicias del mar que aunque a simple vista puedan parecer similares, lo cierto es que guardan muchas diferencias entre sí. Existen así, diferencias tanto culinarias como biológicas, que hacen que cada uno de estos dos animales sea único.
Ambos son crustáceos decápodos y los dos cuentan con diez patas. Son alargados y pueden llegar a ser similares dependiendo de la zona del mundo en la que se encuentren. Pero existen muchas diferencias destacables ¡Te las contamos!
Diferencias físicas entre la langosta y el bogavante
Teniendo en cuenta las denominaciones comunes en España, las diferencias entre langosta (Palinurus Elephas) y bogavante (Homarus Gammarus) son notables. Atendiendo a su aspecto físico, cada una de las especies puede distinguirse a simple vista.
La principal diferencia entre la langosta y el bogavante son las pinzas o extremidades frontales. Ambos tienen diez pares de patas, pero el bogavante ha desarrollado en su par delantero dos pinzas gruesas y fuertes. La langosta por su parte, no cuenta con pinzas, pero tiene dos largas y finas antenas que nacen desde su cabeza.
En cuanto al color, el bogavante se diferencia de la langosta por tener un tono azulado muy oscuro, en algunos casos, casi negro. La langosta suele ser de color naranja más intenso. Las langostas americanas pueden tender a colores más oscuros dentro de esa gama de naranjas (lo que aumenta la confusión con el bogavante).
Algún detalle que puede advertirse a la hora de diferenciar a estos dos animales, es el caparazón. En los crustáceos, el caparazón no es como el de una tortuga, sino que se trata de la cubierta sólida que recubre todo su cuerpo. La langosta lo puede tener espinado, mientras que el del bogavante es completamente liso.

Diferencias gastronómicas
Entre la langosta y el bogavante hay muchas similitudes a la hora de prepararlos para comer. Cabe destacar que la langosta gallega es una de las mejor valoradas mundialmente.
A la hora de prepararlos, ambos suelen cocerse a temperaturas y duración similares en función del peso (rondando los 20 minutos un kilo de animal). Los acompañamientos en el emplatado también pueden coincidir, siendo muy típico el arroz para el bogavante.
La diferencia reside una vez se deguste el alimento. Un bogavante tiene una carne con una textura más fibrosa con muy poquita grasa, y su sabor es bastante intenso. La langosta es más delicada, tanto en sabor como en textura, ya que su carne es más suave.
Nutricionalmente, su composición es muy parecida, con pequeños matices que las diferencian. En el caso de la langosta, tiene una ligera cantidad de proteínas más que el bogavante. Carece de carbohidratos, mientras que el bogavante sí que tiene, aunque muy pocos.
Ambos son beneficiosos para la salud ya que son ricos en vitaminas y minerales muy comunes en alimentos provenientes del mar, especialmente marisco. Son una buena fuente de fósforo, por ejemplo, muy beneficioso para nuestro organismo.
¿Por qué se confunde la langosta con el bogavante?
Estos dos crustáceos son usualmente confundidos por quienes no son expertos en la materia. Las diferencias entre la langosta y el bogavante son evidentes, pero también depende de la zona del mundo en la que estés. Así se originó la confusión.
El bogavante es muy parecido a la langosta originaria de la costa de Norteamérica, conocida como langosta americana. La confusión se evitaría si se denominara a esta especie como bogavante americano, ya que sus pinzas son gruesas y grandes como las de un bogavante.

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